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“Las empresas que no desarrollen conciencia, serán barridas del Mercado” | Joan Melé en la MRS

Joan Antoni Melé es ese tipo de ser humano que no necesita preguntas porque con sólo mirarte responde sin tener que acudir a las palabras. Joan Melé es ese ser disruptivo que en forma permanente se reta a sí mismo y, con su ejemplo, impulsa y contagia a los demás.

imagen "Las empresas que no desarrollen conciencia, serán barridas del Mercado" | Joan Melé en la MRS

Con más de 35 años de carrera profesional, el español creador de la Banca Ética Latinoamérica y autor de una inspiradora y abultada obra sobre el ser humano y su potencial enorme de transformar el mundo, Joan Melé visitó nuestra Casa de Estudios de la mano de la Maestría en Responsabilidad Social y Desarrollo Sostenible para compartir con un auditorio multitudinario su experiencia y su propuesta de llevar adelante una economía más humana. 

Antes, habló en exclusiva sobre su llegada a Mendoza y su visión futura de lo que el mismo llama “el tsunami de consciencia”.


Muchos referentes que apuestan a un cambio de la economía priorizando al ser humano y a la tierra por sobre el negocio, posicionan a Mendoza como una vanguardista dentro de la Argentina. ¿Cómo analiza usted el rol de nuestra Provincia?

Hace seis años vine por primera vez a dar una conferencia sobre dinero y conciencia. Era un desconocido de Barcelona por lo que con una convocatoria de, por lo menos,  50 personas sería un éxito. Terminamos siendo 650 personas y esa experiencia me dio el pulso de lo que estaba viviendo la Ciudad, de lo que la motivaba. Fue como un termómetro para entender que había motivación, que la gente tenía conciencia, que estaba buscando algo.

Estuve en otras visitas colaborando con empresas B o he venido a conversar  sobre banca ética y me he dado cuenta que cada vez hay más gente que está cambiando y otras que no sabe cómo hacerlo,  y yo les digo: “hazte una autoevaluación del Sistema B para que entiendas y sepas primero, donde estas parado y, a partir de ahí, y cuando te animas a comenzar  puedes cambiar. Porque hay que comenzar con pequeños pasos sino el empresario se asusta pues le resulta duro cambiar y, en realidad, no es cambiar todo sino que a partir del autoconocimiento, cambias aquello en lo que realmente no vas bien.  

Por otro lado, estuve almorzando con referentes de la producción orgánica y he sondeado que el sector del vino se está extendiendo y espero que más porque  el cambio lo tenemos que dar nosotros y no esperar a que lo hagan otros. No podemos esperar a que los gobiernos , a quienes no les corresponde más que facilitar, cambien el mundo. Es una oportunidad que debe ser nuestra, yo no quiero que me quiten el placer de hacerlo.

En este proceso de cambio, está costando sumar a los grandes empresarios. ¿Por qué cree que existe esa resistencia?

Mi experiencia de muchos años me dice que el empresario grande tiene miedo .Y me he dado cuenta que frente al miedo no puedes ir con contundencia porque se aferran aún más al miedo. Frente al miedo hay que ir con amor, no el amor romántico o sentimental sino el amor del cuidado, del cariño. El miedo es un poco fruto de la enfermedad y cuando alguien está enfermo no lo atacas, lo curas. Frente a esto hay que ir con amor, mostrando caminos, mostrando ejemplos. Yo al principio era muy contundente y apasionado y me di cuenta que lo reforzaba en su miedo, en su muralla de distanciamiento. Y la verdad es que el que tiene miedo, sufre.

La gente que tiene miedo está sufriendo. Hay gente que tiene mucho dinero y sufre y sufre tanto que hay gente muy rica en el mundo que se suicida. “Pero si lo tienen todo en la vida”, te dicen y pues la realidad es que solo tienen dinero y que les falta un propósito en la vida. Han ganado mucho dinero, tienen miedo a perderlo por eso es que hay que ir con amor y acompañamiento mostrando más que criticando. Criticamos mucho, en general, en el mundo pero Argentina tiene ahí una habilidad especial de destrozarse mutuamente y de mirar al pasado que es otro problema nacional. No contagien a los jóvenes con el pasado, déjenlos que trabajen juntos para construir un mundo diferente.

Ahora bien, retomando al obstáculo de atraer a los grandes empresarios, si son empresas grandes multinacionales ya es más complejo porque los órganos de decisión están muy difuminados. Sin embargo,  he podidos ver los casos de Danone y Unilever, empresas que se han comprometido a ser empresas B para el 2030. Entonces, creo que primero hay que invitar a evaluarse, a comprender como están, que se vean y empiecen un plan para que en 10 años haya un compromiso. Hay que ir con firmeza pero no atacando o criticando, sino acompañando y mostrando que hay grandes empresas que lo están haciendo.

Finalmente hay que advertir  que estamos en un cambio de época muy grande en el que el paradigma de la conciencia se está imponiendo. Yo llamo a este paradigma el “tsunami de conciencia. Los jóvenes lo están reconociendo,  el problema de un tsunami es que cuando no lo ves venir o no te avisa alguien ya luego no tienes salida, te va a arrastrar y, bueno, grandes empresas que eran gigantes mundiales y que era imposible que cayeran, hoy ya no están porque las barrió el tsunami tecnológico pues bien hoy viene el tsunami de conciencia. Las empresas que no apuesten a desarrollar conciencia, a ser auténticas, a aportar valor al mundo, ganar dinero también, pero que interpongan al beneficio económico a las personas y a la tierra van a ser barridas del mercado.

¿Cómo ve este cambio de época en la Argentina?

Estuve aquí en mayo y si están saliendo los cuadernos  de la corrupción a la luz y se está juzgando a gente, esto es parte de ese cambio. Cuando uno tiene una enfermedad y sale pus es una señal de curación, no es malo, es bueno. Te estás curando, la porquería sale fuera. Pues estoy viendo un cambio desde afuera que implica entusiasmo, ganas de cambio de conciencia, de un mundo diferente.

Asimismo, pude hablarle a los empresarios y les decía “no me digan que el dólar ha subido respecto a peso y como ha subido gastamos más”,  ¡no, mentira!, esto no es un fenómeno atmosférico que ha llovido, ha venido un huracán. Ustedes compran dólares para sacarlo del país y hacen subir el dólar, ustedes están hundiendo al país , por lo menos que lo sepan.

¿Es muy poco común que algún joven elija ser empresario. ¿ Qué responsabilidad tienen los espacios educativos en esta negación?

No quieren ser empresarios y lo he visto en muchas charlas. Una vez en la asignatura de emprendedurismo preguntamos: ¿quiénes quieren crear empresas?  y, de 150 alumnos, ninguno levantó la mano. Querían ser funcionarios del Estado o trabajar en una empresa que les pagará un buen salario y no tuvieran problemas. ¿Pero de dónde viene ese concepto?, de cómo te han educado en casa. Es que en el hogar te dicen que tienes que estudiar y sacar buenas notas para el día de mañana tener una carrera universitaria y encontrar un trabajo con el que te ganes la vida. No te dicen para que tengas un propósito, seas feliz, para que puedas aportar al mundo lo mejor de ti. Entonces, el miedo ya empieza en casa.

Los padres, seguro con el mayor de los cariños y pensando que es lo mejor para ti, te impulsan a buscar ese trabajo en que ganes bien pero te educan en el miedo. Así entonces,  el problema empieza en casa y en segundo lugar en el colegio y en la Universidad continúa el miedo. Te preparan para que cuando salas de la Universidad te puedas adaptar al mundo. Cuando voy a la universidad,  les digo: “no se adapten al mundo, si este mundo está enfermo”.

Ya es grave que un empresario tenga miedo pero que un joven lo tenga, es demasiado. Ya hemos hecho mucho daño hay que darles la confianza. Ya hay jóvenes que no buscan el trabajo por cuanto van a ganar sino por el propósito que tiene la empresa. Puedes ser creativo, puedes trabajar en equipo y estos valores que antes no se tenían hay que empezar a difundirlos en la universidad por un propósito.

Las universidades también deben cambiar el modelo, no los contenidos aunque hay contenidos muy obsoletos. Esto último lo hablábamos con la Decana, hay libros en España que son de hace 40 años, que son de modelos norteamericanos, de la Escuela de Chicago sobre la que no voy a entrar en comentarios.

A un joven no se le puede pedir esto, hay que pedirle: “descubre quien eres, descubre tu potencial, saca lo mejor de ti y llévalo al mundo. Serás feliz, no tendrás problemas económicos y tu vida tendrá un sentido. La Universidad tiene que acompañar al joven a no tener miedo, prepararlo profesionalmente pero también  humanamente a para que saque lo mejor de cada uno y pierda ese miedo que paraliza.

Yo lo descubrí tarde. Estaba en un banco importante de España, entraba a los 8 y salía a las 15 y cobraba un buen sueldo a fin de mes. En 2015 tiré todo por la borda y me dediqué a impulsar la Banca Ética que nadie sabía que era y me decían que estaba loco por hacerlo. Sin embargo, desde ese momento me sentí libre como nunca antes, perdí el miedo y ya no tengo miedo a nada.

No quiero vivir tranquilo, quiero vivir así hasta que el cuerpo aguante porque nunca he sido tan feliz como ahora. Si alguien te dice que no es posible es que vas por buen camino.


 

Joan Melé en exclusiva para la comunidad de la Facultad de Ciencias Económicas

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