En el 2001, Héctor Toty Flores, junto a otros trabajadores desocupados, inició un proyecto cuyo éxito parecía imposible debido a la crisis económica. Sin embargo, el entusiasmo de conservar lo único que tenían, "la cultura del trabajo", hizo que la cooperativa de la Matanza, en el conurbano bonaerense, "pudiera salir adelante" a pesar del "escaso capital material".
En el 2004 La Juanita entendió que la integración social sólo sería posible si interactuaban con el sector empresarial. Así comenzaron a capacitar a las personas que viven en las zonas más pobres para que tuvieran mejores empleos y mejor calidad de vida.
"A nosotros no nos ayudó ningún político ni economista, sino artistas y personajes como Martín Churba con sus secretos del mundo de la moda a la hora de diseñar y vender guardapolvos, Maru Botana en nuestra panadería y ahora Juan José Campanella con Potrero Digital". Potrero Digital es un espacio de formación audiovisual pensado sobre todo para jóvenes desocupados sin título secundario en tanto que "están todo el tiempo con el celular" y pueden aprender un oficio a partir de herramientas que ya poseen. Por eso Toty Flores asegura que este proyecto es repicable en cualquier lugar del país, ya que además las empresas demandan continuamente estos servicios. El principal problema que deben afrontar es el de la "aceptabilidad social, es decir, vencer los prejuicios". La integración es para Flores la clave "para salir adelante". Y no lo dice ingenuamente, es conciente de que "hay intereses contrapuestos"; por lo cual su objetivo es darle a las personas la "libertad de elegir y no esperar sólo la ayuda del Estado". Por esa razón jamás aceptaron "los planes sociales porque atentan contra la cultura del trabajo".