"Coincidimos en que es una experiencia más que superadora y que las palabras no alcanzan para describirla. Por eso debe ser vivida" expresaban los diez estudiantes de la Licenciatura en Administración que participaron del intercambio: Agustina Campillo, Alejandro Sansone, Andrés Povedano, Carolina Magariños, Gabriel Greco, Julieta Gutierrez, Nicolás Giorlando, Noelia Oliva, Paula Comadrán y Paula Valle.
Los chicos, que brindaron su "sincero y profundo agradecimiento" al Decano Jorge A. López, a la Secretaría Académica María Alejandra Marín y a los profesores Verónica Linares, José González, Jose Mostafá y David English, participaron de visitas a empresas locales como IMPSA, MAXI, Zuccardi y ALCO. También se reunieron con emprendedores de Anna Bistró, Uncorking Argentina y Trout and Wine; empresas que - en su mayoría - fueron iniciadas por extranjeros en la provincia.
Andrés Povedano, uno de los diez alumnos de Administración que accedieron a este proyecto cooperativo, expresaba que "participar de este proyecto al principio fue una decisión riesgosa, no teníamos mucha información ni tampoco éramos expertos en inglés. Pero tomar la iniciativa, estar predispuestos a compartir experiencias nuevas y aprender, fue lo que nos permitió superar todo tipo de barreras culturales con los estudiantes de Belmont".
Julieta Gutierrez, también se mostró satisfecha con su decisión: “Toda decisión tiene un riesgo implícito, y está en cada uno qué camino elegir. Mis compañeros y yo nos decidimos y nos jugamos por esta oportunidad. La verdad es que valió la pena”.
En los últimos cinco días del intercambio, se conformaron equipos para el desarrollo del proyectos de negocios. Los grupos fueron armados por dos estudiantes estadounidenses y dos argentinos, quienes realizaron sus exposiciones finales en inglés. Esta metodología, hizo posible profundizar el intercambio cultural, como afirma Paula Valle "La experiencia UNCUYO - Belmont 2012 nos dio la posibilidad de compartir nuestras riquezas culturales, diversificarnos para ser personas más íntegras y con capacidad de adaptación, internacionalizarnos sin alejarnos de nuestra tierra, sentirnos orgullosos de nuestras tradiciones, reafirmar no sólo nuestras fortalezas académicas sino sociales, resultando todo un desafío que pudimos superar exitosamente”.
Noelia Oliva, también rescató la importancia de la relación con sus pares de Estados Unidos: “El aprendizaje durante esos días y en cada charla, fue tanto para los estudiantes de Belmont como para nosotros. Y, sin dudas, desde el principio la relación que se fue dando entre todos los que participábamos del proyecto superaba cualquier expectativa; el aprendizaje y crecimiento personal empezaban a justificar cualquier decisión de prioridades que hubiera sido necesaria tomar”.
“Amistad, trabajo en equipo, nerviosismo, sacrificio, incertidumbre, ansiedad, alegría, compromiso… " fueron los valores que pudo resumir Julieta GutiÉrrez en las dos semanas de trabajo, reconociendo también la importancia personal del proyecto. Gabriel Greco, en este mismo sentido, resaltó particularmente dos valores del trabajo realizado: “Una experiencia de vida, el hecho de poder compartir momentos con otras personas que viven a muchos kilómetros y tienen una cultura muy distinta a la nuestra. Pero a pesar de eso, ver que ciertos valores como el respeto y la generosidad, se mantienen”.
El intercambio permitió a los estudiantes mirar de otra forma el lugar donde viven. Así, Andrés Provedano, explica que "no sólo ellos - estudiantes de Belmont - conocieron la Provincia y las oportunidades de negocio que existen, nosotros aprendimos a valorar a Mendoza y reconocerla como una excelente ubicación para desarrollar emprendimientos”
Paula Comadrán puso el acento en el proceso de aprendizaje:"Para mi fue una instancia de aprendizaje muy distinta a la que estamos acostumbrados. Pudimos aprender en 15 días lo que aveces no aprendemos en seis meses de cursado de una materia, y como si fuera poco, de una manera totalmente dinámica y divertida. Fue una experiencia increíble que recomendaría a todo estudiante universitario y, personalmente, volvería a vivir porque siempre hay algo nuevo para aprender y crecer."
Alejandro Sansone también encontró aspectos positivos: “Participar de este proyecto fue una gran experiencia, no sólo académica sino humana. Compartimos dos semanas con colegas de Estados Unidos, estuvimos trabajando juntos, y la verdad fue una muy buena ocasión para aplicar los conocimientos aprendidos, además de relacionarnos con nuestros pares, distintos a los que vemos todos los días en la facultad. Una gran oportunidad. La recomiendo.”
Los aspectos valiosos que señalan los alumnos de la Facultad son también reconocidos por las autoridades, concluyendo todo en un balance sumamente positivo del proyecto.
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